miércoles, 12 de noviembre de 2014

11. JUGANDO A AUTOS DE CHOQUE CON TU VIDA

Es la atracción favorita para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) en las ferias. Subirse a uno de esos coches y pasar un rato chocando con los otros, gritando y soltando adrenalina es muy divertido y, además, puede hacerse con total seguridad.

El caso es que en la vida nos encontramos muchas veces en una especie de partida de autos de choque sin quererlo. Igual que sucede en esa pista, es inevitable 'chocar' con los intereses o el carácter de las personas que nos rodean, Y aquí el inconveniente es que uno puede salir herido de verdad.

Es normal que los chiquillos se diviertan chocando con otros. Hay que entenderlo y corregirlos: están aprendiendo y es importante guiarlos hasta que comprendan cómo evitar hacerse daño y hacer daño a los demás.

Los adolescentes y jóvenes suelen ser los más agresivos (en la atracción de feria y en la vida). Les gusta fanfarronear y probar sus fuerzas. Tienen que hacerse notar. También a ellos hay que comprenderlos y corregirlos en lo posible, pero a fuerza de 'chocar' y practicar con otros jóvenes ya aprenderán.

¿Qué pasa cuando uno es una persona sensata y trata de circular con normalidad? Es casi una misión imposible: siempre hay autos que te van a chocar, a posta o sin querer. Hay que ser equilibrado y entender que eso es inevitable, no ponerse a dar gritos o responder con violencia a tu vez persiguiéndoles para chocarles, pues así no vas a tener un viaje tranquilo.

Piensa en cuántas veces te has alterado así en la vida por un 'choque' que alguien te dio. Esa persona igual andaba despistada, o es su manera de 'conducirse'. Si te lo tomaste como algo gravísimo y un ataque personal... el problema es tuyo. Si el golpe no te dañó seriamente, o si simplemente se dedicó a gritarte un par de tonterías, ¿para qué seguirle el juego? Sigue tu trayecto y déjale que él siga el suyo, chocando con otros si eso le divierte. Simplemente tienes que aprender a 'verlos venir' para esquivarlos, a reconocer a los agresivos, y si es posible a apartarte de por donde caminan.

Por otra parte, acompaña y ayuda siempre a los que están tratando de controlar su auto y se encuentran con alguna dificultad. Así es como más que participante en el juego, te convertirás en auténtico protagonista.

Si nunca ayudaste a nadie a cruzar un calle... no conoces la belleza

Haz esto en todo: rodéate de gente tranquila que quiera disfrutar el viaje sin sobresaltos. Perdona los roces inevitables que tendrás con ellos. Ayúdales a maniobrar si ves que se ven en líos... Cuanto más te comportes como un conductor civilizado, más fácil es que te rodees de gente positiva y que los liantes te dejen seguir. Si respondes a los choques agresivamente entonces tu vida, tu partida de autos, estará llena de adrenalina pero ¡no esperes llegar muy lejos!

Este sería mi consejo para hoy (y te aseguro que llevo muchas moraduras de los golpetazos que me han dado): no des tanta importancia a los inevitables tropiezos con los demás, no discutas, comprende su punto de vista y acepta su forma de comportarse como lo que es, su manera de jugar: lo importante es seguir adelante y disfrutar del trayecto.

Y en todo lo que puedas, ayuda a los que te rodean a que también lo pasen lo mejor posible. El viaje, así, vale la pena.

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