Piensa en una novela o película de aventuras, tipo buscadores de tesoros. Una que hayas visto recientemente o que te marcase en tu niñez. Cualquiera me sirve.
Los protagonistas se lanzan a la aventura y se meten de lleno en el peligro. Atraviesan selvas, desiertos, océanos o tempestades para llegar hasta el tesoro que buscan ¿a que sí? Y por supuesto sufren mil penalidades y atraviesan graves peligros, pero SIGUEN ADELANTE, incluso bromeando sobre sus contratiempos.
Seguro que a mitad del guión las cosas pintan tan mal que nadie sensato apostaría a que lo consiguen. ¡Están acabadísimos! Solo les queda resignarse al fracaso... ¿o no?
Contra toda sensatez, ellos siguen adelante. Contra toda probabilidad, se abren puertas o aparecen soluciones que les permiten sobrevivir y -por supuesto- continuar la búsqueda. Ni por un segundo se rinden, sencillamente mandan 'a pastar' la sensatez y las probabilidades.
¿Qué te parecería aplicar esta filosofía a tu vida?
"Claro. Es solo una película" me dices. "La vida no es así". Sí, de acuerdo. Tampoco creo que tú estés ahora mismo sin agua en medio del desierto con una pierna rota y que te rodee un ejército de cientos de mercenarios dispuestos a hacerte papilla.
Lo que tiene en común tu vida con esa historia son DOS cosas:
1- Atraviesas problemas
2- Buscas un tesoro
Los problemas espero que comprendas que son inevitables, ¡sin ellos la película sería un muermo! Se trata de aplicar la actitud del héroe (que no se pone a lloriquear y se vuelve a su casita, tampoco hay película entonces). Normalmente, si el tesoro es muy grande los problemas serán de primer orden.
El tesoro, tienes que tenerlo bien claro. ¿Qué es lo que buscas? ¿Qué te haría feliz? No se trata de algo tan simple como un baúl lleno de moneditas (aunque un poco de dinero no viene mal, pero el tesoro consiste en saber usarlo). Tu tesoro incluirá montones de cosas que deseas (pero de verdad) y que deberías poner en una lista bien larga. Por ejemplo podría ser algo como:
- Llevarme bien con mis padres
- Un trabajo que me guste y me dé tranquilidad financiera.
- Un coche de tal tipo.
- Una casa en la playa.
- Amigos con los que pueda contar para las buenas y las malas.
- Una pareja que me quiera y me cuida.
- ...etc
OJO, también podría ser algo muy diferente:
- Escalar el Everest.
- Una cabaña con 50 gatos en el monte.
- Saltar en paracaídas todos los días.
- ...etc
O incluso
- Cuidar mis rosales en el balcón.
- Tranquilidad de espíritu.
- Jugar bridge todas las tardes.
-...etc etc etc
Ya ves que las posibilidades son infinitas.
Cada uno tiene su propio tesoro. Dedica TIEMPO y ESFUERZO a definir bien clarito lo que quieres, que así es como empieza la aventura ¿a que sí? Nadie se mete en el lío sin saber antes que tiene que encontrar 'la ciudad perdida de los amapuches' o 'el Santo Grial' o 'el tesoro de Barbagris'...
Esa tarea puedes llevarla a cabo todos los días, ir planteándote añadir cosas y perfilar lo que ya pusiste. Pero EMPIEZA CON ALGO. Te sugiero que hoy hagas el esfuerzo de escribir unas líneas.
Una vez sepas qué buscas, dejas automáticamente de estar perdido. Esa visión te dará fuerzas para seguir y verás todas las posibilidades que te puedan acercar.
Prueba. Seguirás en la selva, el desierto o el océano donde estabas, con los mismos 'problemas'. Pero ya serás PROTAGONISTA, y solo te queda actuar como esperarías de los héroes de las películas que alcanzan lo que quieren. Y el final de estas pelis, lo sabes, es siempre bueno.
Cuando sepas lo que quieres, dedícate a trazar y ampliar el MAPA para conseguirlo cada día.
Te encuentras en la aventura de tu vida, ¡Vas a lograrlo!
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