Esto es fantástico por las posibilidades que abre, cualquier idea puede difundirse en segundos por todo el globo. Pero también tiene su parte terrible: ¿cómo escapar a la conexión permanente?
Con los móviles, hemos acabado sometidos a la tiranía del estar siempre localizables. Eso no es nada positivo para el que quiere tener paz interior. Seguramente conoces esa sensación de atosigamiento cuando no das abasto a atender las múltiples demandas que te llegan, o cuando no te permiten descansar en un tiempo que debería ser de ocio.
¿La solución? Muy sencilla, aunque casi parezca un sacrilegio en nuestros días. ¡DESCONECTA EL MÓVIL! Unas horas al día seguro que pueden esperar esos mil asuntos.
Hazlo por ti, si no cortas la miríada de pequeñas demandas al menos por un rato, acabarán por chuparte toda la energía. Luego de tomarte ese descanso ya podrás volver con fuerzas renovadas al mundo, a que te escuchen e interactuar a lo grande. Seguro que lo harás de una forma mucho más interesante.
Evita ser un apéndice más de la interconexión masiva. Que seas tú quien utilice la tecnología y no al revés. ¡Tu yo interior tiene tanto que contarte!
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