Por favor, RECUERDA. Esa fuerza sigue en ti. Eres un milagro. Tienes el deber de cuidar la llama.
No importa si has sepultado tu vida en un montón de lodo. No importa, de verdad.
Estés como estés ahora, tu espíritu es perfecto, impecable y bello. Siéntelo, aíslate del ruido y deja que tu verdadero ser se exprese.
Deja de luchar contra el pasado o las circunstancias. Ríndete. Suelta el timón por un momento. Di: "todo está bien ahora".
Imagina que naciste hoy, que todo es nuevo. Porque en verdad así es. Y tienes derecho a centrarte en las cosas buenas y en las maravillas que te esperan. Llénate de entusiasmo.
En ti habita la divinidad, déjate llevar y permite a esa llama crecer hasta llenar tu vida. Todo lo malo quedará atrás, consumido. Tú puedes ser desde hoy antorcha para iluminar el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario