lunes, 27 de noviembre de 2017

24. ¿QUÉ ES MÁS VALIOSO, UN IPHONE O UNA FLOR SILVESTRE?

Solemos valorar las cosas según la utilidad que tienen para nosotros, como indivíduos o como especie. 

Así, asumimos que la fruta es más valiosa que la hierba. O el metal mejor que la madera. O que defender las ovejas justifica exterminar a los lobos.

Cualquier especie actúa de forma igualmente egoísta, claro. Al lobo le parecen más valiosas sus crías que cien ovejas. La cabra destruirá cualquier sembrado por comer tiernos brotes. Al castor no le preocupa el daño a los peces al construír su presa... etc.

Sin embargo, desde nuestra privilegiada posición de seres conscientes y conocedores de la naturaleza, deberíamos entender que nuestro interés NO es un valor absoluto, y que obtener una pequeña comodidad nunca puede justificar causar sufrimiento a otros o destruir su hábitat.

Por desgracia, seguimos destrozándolo todo, incluso cuando la ciencia advierte que dañar la biodiversidad condena nuestro propio futuro.



¿Vale más un teléfono de alta tecnología que una flor?

Nos confundimos miopemente por la utilidad que sacamos a la tecnología. O por la generosidad de la naturaleza (hay taaantas plantas). Nuestra educación mercantil marca un 'precio' y... aplastaremos sin dudar mil flores si se interponen entre nosotros y el último iPhone.

Pero piensa: ¿Qué valor tiene ese móvil para cualquier ser vivo que no sea el hombre? NINGUNO. O incluso negativo por sus componentes venenosos.

Si toda la demás vida desapareciera, esa única flor podría repoblar el planeta entero y con el tiempo se multiplicarían las especies. ¿Qué pasaría si en lugar de la flor sólo quedase un iPhone?

No se trata de despreciar los avances de la tecnología, por supuesto. Simplemente recordar que la vida, con su diversidad, es algo de valor infinito: lo más maravilloso del universo. Es hora de protegerla.

Ni toda la tecnología humana puede construir una flor.

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